Mi nombre es Víctor Hugo Figueroa y en este video te revelo lo que me ha guiado cada uno de mis pasos.
Mis padres a pesar de no tener una educación profesional, me entregaron los valores más sólidos.
En este video, te cuento sobre mi familia, sus sacrificios y cómo su lección de vida —sobre el esfuerzo, la disciplina y la constancia— se convirtió en mi motor.
En 14 minutos te lo cuento en este video...
Sí no tienes 14 minutos, te invito a leer un resumen ...
Crecí en un hogar donde la ética del trabajo, ejemplificada por mis padres (garzona y chófer de taxi), era el aire que se respiraba. La lección fundamental la aprendí al tener que ganar mis propias recompensas; un simple helado no era un regalo, sino el resultado de tareas como barrer y lavar la losa. Comprendí desde pequeño que cada satisfacción es producto de una acción y un esfuerzo previo. Esta fue la primera semilla para los desafíos futuros.
Impulsado por la lección de mis padres, entre los 12 y 14 años busqué mi primer trabajo formal limpiando vidrios en un servicentro Copec. Era un trabajo duro que me enseñó a valorar cada peso ganado con esfuerzo, traduciendo el sacrificio diario en una recompensa concreta. Mis manos, manchadas de "amarillo naranja" por los paños, se convirtieron en el símbolo físico de que la dedicación y la constancia dejan una huella imborrable en el carácter.
En 1990, con 16 años, ingresé a la Universidad Católica. Desde el primer momento, sentí una fuerte vocación por el liderazgo y la participación política, sin conformarme con ser espectador. Mi ascenso en la política estudiantil fue rápido: candidato a vocal en segundo año y a la presidencia de la Federación en tercero. Mis compañeros me apodaron "el diputado", presagiando mi futuro. Esta "trinchera universitaria" fue el espacio donde me formé políticamente y senté las bases para mi carrera en el servicio público.
Mi historia no es extraordinaria, pero lleva una lección universal: los valores de esfuerzo, disciplina y constancia que aprendí limpiando vidrios y ganándome un helado son las herramientas más poderosas para construir cualquier futuro. El carácter se forja en las acciones para hacer realidad nuestros deseos. El verdadero valor de las cosas no está en su precio, sino en el esfuerzo invertido para conseguirlas. La lección que tiñeron en mi carácter es imborrable.